1.-Prepara tu espacio: Abre puertas o ventanas para que la energía fluya y la limpieza se libere.
2.-Enciende con intención: Sostén tu sahúmo con cuidado en un ángulo de 45°. Usa un fósforo de madera o encendedor. Mantén la llama por al menos 15–30 segundos, girando suavemente el sahúmo para que las hierbas tomen fuego.
3.-Deja que arda un poco: Una vez que tenga llama, espera unos segundos y sopla suavemente para apagar la llama, dejando solo el humo encendido. Debe quedar humeando, no con llama.
4.- Sahúma tu espacio: Pásalo en círculos por las esquinas, objetos o tu cuerpo (desde los pies hacia la cabeza). Puedes usar una pluma, abanico o la mano para dirigir el humo.
5.-Apaga con cuidado: Presiona la punta encendida en un cuenco con arena, sal gruesa o tierra hasta que se apague por completo. No lo mojes. Puedes usarlo varias veces.